El alba apenas despunta y las nubes color salmón envuelven perezosas la silueta del los edificios grises que rodean Plaza Catalunya. El aire es frío, como una promesa de invierno, y la mañana es calma. Hay decenas de palomas aborregadas, picoteando cemento. Y de repente, en un segundo, cunde la alarma. Sin previo aviso las palomas echan a volar en respuesta a una señal que al humano se le escapa -si bien en tanto a especie aún más idiota y aborregada, deberíamos captarla- y la alerta reverbera en el aleteo huidizo de la bandada.
El instinto te hace levantar la vista. Entonces la ves: silenciosa como un fantasma, esbelta y blanca. Una gaviota planea sobre tu cabeza, seguida de su mortífero escuadrón. Sin exhalar un solo suspiro se posan elegantemente sobre sendas farolas y desde su posición privilegiada controlan su círculo de caza. Ninguna se lanza, ni falta que hace, porque las palomas zurean aterrorizadas. Aprietas el paso y pasada la mitad de la plaza, la primera gaviota grazna. El sonido activa tu gen borrego y por un breve momento de clarividencia entiendes el arrullo de la otra especie urbana, tan claramente como si te hubieran salido plumas grises en la cocorota.
-¡¡¡¡Naaaaaaaaaaaaaazgul!!!!
No corras, no corras, no corras...
Llegas al final de la plaza antes que empiece el ataque y se te escapa un suspiro de alivio, porque en los últimos segundos te ha pasado la vida por delante y putea un poco saber que te quedan correos por contestar, estupideces por traducir e idas de olla por contar. Estás a punto de cruzar la calle que te devolverá a la madriguera, pero algo se mueve a tu izquierda y vuelves la cabeza para mirar.
Una gaviota desgarra el cuerpecillo regordete de una paloma especialmente estúpida, picoteando con fruición sus entrañas sanguinolentas. Ni siquera es un Názgul demasiado grande, pero cuando te detienes levanta los ojillos rojos y se queda inmóvil observándote con una sonrisa en el pico que dice "Sigue andando, hermana. Tú sigue andando."
Así que andas.
Cortesía de Nekrolite, que conoce el rostro del horror...
El instinto te hace levantar la vista. Entonces la ves: silenciosa como un fantasma, esbelta y blanca. Una gaviota planea sobre tu cabeza, seguida de su mortífero escuadrón. Sin exhalar un solo suspiro se posan elegantemente sobre sendas farolas y desde su posición privilegiada controlan su círculo de caza. Ninguna se lanza, ni falta que hace, porque las palomas zurean aterrorizadas. Aprietas el paso y pasada la mitad de la plaza, la primera gaviota grazna. El sonido activa tu gen borrego y por un breve momento de clarividencia entiendes el arrullo de la otra especie urbana, tan claramente como si te hubieran salido plumas grises en la cocorota.
-¡¡¡¡Naaaaaaaaaaaaaazgul!!!!
No corras, no corras, no corras...
Llegas al final de la plaza antes que empiece el ataque y se te escapa un suspiro de alivio, porque en los últimos segundos te ha pasado la vida por delante y putea un poco saber que te quedan correos por contestar, estupideces por traducir e idas de olla por contar. Estás a punto de cruzar la calle que te devolverá a la madriguera, pero algo se mueve a tu izquierda y vuelves la cabeza para mirar.
Una gaviota desgarra el cuerpecillo regordete de una paloma especialmente estúpida, picoteando con fruición sus entrañas sanguinolentas. Ni siquera es un Názgul demasiado grande, pero cuando te detienes levanta los ojillos rojos y se queda inmóvil observándote con una sonrisa en el pico que dice "Sigue andando, hermana. Tú sigue andando."
Así que andas.
Cortesía de Nekrolite, que conoce el rostro del horror...oooooOooooo
¿Demasiado dramático? Lo siento, soy escritora, so deal with it. 'Cause this girl is back in town.
L xx
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Muy bueno¡¡ Es la segunda parte de Los Pájaros de Alfred Hitchcock, me lío la manta a la cabez, pa que no me piquen :p
ResponderEliminar:) Para que luego digan que la realidad no supera la ficción... Vale, vale, quizá la gaviota asesina no sonreía... pero ¿lo de los ojos rojos? Que baje Dios y lo vea!!
ResponderEliminarMerci!
L xx
I'll try to deal with it. Creo que lo lograré porque esas ratas voladoras merecen morir!! (me refiero a las palomas)
ResponderEliminarEhem, ehem, que lo quería decir era: I'm glad you are back again :-)
Thanks, Light of my Sanity. Te protegeré de las ratas azuzando a las gaviotas ;)
ResponderEliminarL xx
Las gaviotas dan miedo. Además las de aquí son anormalmente grandes y agresivas.
ResponderEliminarMe ha encantado el grito:
-¡¡¡¡Naaaaaaaaaaaaaazgul!!!!
:) Entre que las gaviotas dan miedo y las palomas dan asco... Aunque yo admito que nunca me han dado asco las palomas ni me caen mal ni nada. Pero es muy políticamente incorrecto de decir :D
ResponderEliminarL xx
LOL. ¡Gaviotas asesinas en Barcelona! La foto de Nekrolite me ha dejado tiesa (es terrorífica!), y tu relato me ha puesto en el mood... Qué miedo, por Diox! ;)
ResponderEliminarLlegaron desde el mar... Pero la dieta de peces radiactivos ya no las satisface...
ResponderEliminarThey're here. And they're hungry.
:P
Love u, girl!
L xx
¡Qué cucada de animalicos! Aisch, con el pico y los ojitos enrojecidos, como si estuvieran acatarradas, pobres XD
ResponderEliminarEn Youtube se les puede conocer un poco mejor. Para que nos muestren la más amable de sus caras solo hace falta teclear "gaviota asesina"... Lo dicho, un encanto ^^
¡Besos!
pd: ¿ratas con alas, las palomas? Noooooooo :p
Maestro, has vuelto!!! Y a lo grande, veo ;) Aunque yo de J-Pop solo nivel usuario raso.
ResponderEliminarThanks for dropping a line. Mandaré la contraorden a mi ejército de gaviotas accordingly.
L xx