Greetings, my friends. Si habéis llegado hasta aquí es porque me conocéis, así que poco más que decir. Si no me conocéis es que Internet da más miedo cada vez.

En cualquier caso...

BIENVENIDOS - BENVINGUTS - WELCOME -BIENVENUS -
ようこそ

9 de mayo de 2010

SURREALISMO DE BUENA MAÑANA. EL ANIMAL Y LA MÁQUINA

10.15 - CASTELLDEFELS

Cuando crees que lo has visto todo en la vida, algo va y te sorprende. O, mejor dicho, nunca crees que lo has visto todo en la vida, pero al menos crees que tu pequeño reducto de mundo, como por ejemplo el pedazo de calle que se ve desde tu balcón, sí lo tienes bastante controlado. Vale, no has visto una ejecución mafiosa en el portal, pero asumamos que un mafioso que se precie no te habría dejado verlo, o si no vamos listos.

Dios nos pille confesados cuando la mafia pierda sus valores :P

El caso es que cuando un domingo de buena mañana estás haciéndote tu leche con colacao, pensando en todos los estúpidos planes que crees que podrás cumplir en las próximas 12 horas, y oyes una especie de chillido informe, como de cerdo degollado, no puedes menos que extrañarte. Y entonces los cascos que se acercan lo delatan, y tu espeso cerebro de ciudad identifica la hipótesis más probable: caballo.

O Rohirrim, depende. Con los segundos que he tardado a dar crédito a mis oídos, va a ser verdad que soy elfa :S

Así que corres al balcón y -WTF?- un carruajito, con caballo rubio, abuelete y niña en pescante y abuelete auxiliar de pie en la parte trasera, guiando el cotarro. Y bastante tenso, porque el pobre bicho no deja de relinchar. A esas alturas (y sobre todo viviendo en Castelledefels, que ni Las Vegas, vamos) ya asumes que algún tipo de celebración se está cociendo, pero el caso es que está SOLO, como un fantasma de otra época o lugar, xino-xano, hacia el final de la calle. Otras personas acuden a los balcones cercanos y se lee claramente el sorprendido: "coño..." en sus labios.

Qué bonito, qué pintoresco. Habría quedado en eso si no hubiera sido por que mi calle es peatonal, y al final hay un piloncito de esos para que no entren los coches (sin tarjeta, vamos). Tú ya, viendo el carro y el piloncito ves que no va a caber ni de broma, pero el abuelete se ve muy seguro.

La ironía te parte el corazón...

Porque el pobre abuelete es aplastado de nuevo por la tecnología de una generación que no comprende (quiero creer, porque si el buen hombre envía emails, pero NO VE QUE NO CABE POR EL PILÓN, tendría un problema de vista, no de adaptación). Así que el nervioso caballo relinchador, el carro, el abuelo, la nieta y el abuelo timonel dan meeeeeeeeeeedia vuelta. Y de nuevo, cloc cloc cloc, recorren toda la calle, derrotados en busca de rutas alternativas.

La último que ves de ellos es el carro parado en la plaza, mientras le preguntan a un guardia urbano que a duras penas no se parte la caja, qué pueden hacer. Casi me los imagino:

-¿El castillo, por favor?
-Suban por esta cuesta, giren a un par de siglos, tuerzan por Renacimiento y donde vean que pone Edad Media, aparcan al lado del Seat.

¡Y que viva el Romanticismo!

L xx

2 comentarios:

  1. Yo me encuentro eso, y salgo pitando con la grabadora y la libreta, acoso al abuelete a preguntas con la excusa de que soy de cualquier periodicucho de esos y hasta que no averigüe hasta de qué color lleva los caloncillos no me vuelvo a casa :)

    ResponderEliminar
  2. Jeje, habría sido una opción. En rigor sí le he hecho fotos, pero medio colgando desde mi balcón no me han salido muy bien. Luego, indagando más creo que el buen hombre formaba parte de algún tipo de misa rociera. A lo mejor estaba haciendo de explorador del terreno, para ver por dónde pasar y por dónde... no.

    En cualquier caso, insisto. Lo que no pase en este pueblo...

    Thanks!

    L xx

    ResponderEliminar